Tema Central:
El tema central del encuentro anual de estudiantes de nuestra disciplina, lleva por nombre ‘Daño Estructural’. No obstante, tenemos que ser precisos en señalar que esta conceptualización no se constituye como una abstracción de la realidad sino más bien en un fiel reflejo de lo que en la actualidad están viviendo los y las ciudadanos de Concepción. Aunque son muchas las causas que han provocado el daño estructural en nuestra ciudad, no podemos dejar de señalar que uno de los grandes detonantes fue el terremoto ocurrido el 27 de febrero del presente año.
Por añadidura, el terremoto y posterior maremoto, abrió las puertas de una realidad que no es tan fácil observar, es más esta catástrofe obligo a los medios de comunicación a mostrar lo que por años estaba escondido en la ciudad, en los rincones, en las calles. La destrucción post terremoto, obligo a los/las chilenos a ver las precarias condiciones de construcción, de urbanidad y de administración que el Gran Concepción hasta esa fecha poseía.
Entonces: ¿Qué es un daño estructural? Sin duda la conjugación de estas dos palabras, a priori nos conduce a una definición o a un significado específico; no podemos dejarnos encantar por las nociones acuñadas con anterioridad, que centra su atención en las fisuras materiales que ocurren en un determinado territorio, mas bien debemos adecuar un nueva visión que analice el fenómeno en su totalidad. De tal manera, lo que actualmente está viviendo la ciudad de Concepción no debe ser concebida a ciencia cierta como una catástrofe – o un daño estructural- ocasionada por las inclemencias de la naturaleza sino que como un proceso económico, social y político que por años ha azotado la realidad de los penquistas.
De este modo, nosotros interpretamos el daño estructural como un desequilibrio que obliga a un país, un estado, a las personas a readecuar las estructuras cotidianas o patrones conductuales que han forjado en el transcurso de su historia; es decir como un momento de transición –negativa o positiva- que hace que la realidad actual se ponga en cuestionamiento; de alguna manera u otra, como un instante donde las personas analizan su realidad desde una óptica jamás antes ocupada, es decir desnaturalizar sus acciones, sus emociones, sus pensamientos, su postura ante la vida.
Con respecto a la realidad académica que vivimos actualmente en nuestra disciplina, debemos señalar que desde un tiempo hasta esta parte, se ha implementado una política educativa que ha obligado a los/las estudiantes de Sociología a convertirse en ingenieros de la sociedad o técnicos de la investigación, puesto que la necesidad de hacer o estudiar la sociología se tergiversa con una necesidad imperiosa de producción.
De antemano, la junta nacional de estudiantes de la sociedad nace como un espacio para el Daño estructural, es decir, facilitar un momento donde poder hacer visible nuestro llamado al reencuentro con el objetivo de nuestra carrera, con la necesidad de ser investigadores fuera de los sesgos que el mercado, el dinero, el consumismo construye; de esta manera derribar la preconcepción, dañar las estructuras que nos hacen ver – creer- que la Sociología se construye sobre la base de los dígitos, de los códigos, de conceptos, y que olvida que las emociones, personas, a los grupos, son el eje de nuestra de disciplina.
Por ende, no podemos avanzar sin re-estructurar nuestra vida y no podremos forjar conciencia ciudadana, sino estudiamos e intervenimos en los cimientos de donde nace esta. De allí los estudios, las investigaciones, los foro debates y los congresos de estudiantes. Todas instancias para analizar y reflexionar en torno a las dinámicas naturalizadas por nuestra sociedad, por nuestros pares, por nuestras familias, por nosotros mismos.
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